Que menos que inaugurar el blog de Pepita Grillo con un homenaje al principio de la historia del activismo gay, de nuestra historia, de la revuelta del STONEWALL.
Situación previa a los hechos.
La política del Estado, antes de Stonewall, era la de prohibir la expresión homosexual y transgénero, acosar a los homosexuales en sus trabajos y comunidades, usar la represión policial frente al todo el colectivo LGTB. Las acciones policiales en las principales ciudades de Estados Unidos, desde Los Angeles a San Francisco, Chicago o Nueva York, eran similares. En Los Angeles, la represión era brutal contra los homosexuales en los lugares donde se reunían en la Plaza Pershing y en el Parque Echo.
Partidos políticos, leyes, policía, ejercito, cortes, universidades y organizaciones profesionales como la Asociación Americana de Psicólogos, definían a los homosexuales y a la identidad genérica no conformista como una aberración de la naturaleza o, en el mejor de los casos, como una enfermedad mental que necesitaba ser prohibida en la sociedad.
La policía entraba en los bares donde se reunían gente gay y les daba paliza, identificaba y denigraba con el pretexto de la ilegalidad de beber bebidas alcohólicas. En los bares se instalaban señales luminosas para alertar a los clientes de que personas sospechosas o probablemente hostiles se acercaban al local. Cuando las luces se encendían, cualquier señal de afecto o baile paraba inmediatamente. Todo ello obligaba a vivir una doble vida para que sus inclinaciones no fueran expuestas públicamente y terminaran con su trabajo, sus carreras o se desintegraran sus familias.
Magnus Hirsfeld y el movimiento socialista alemán, a comienzos del siglo XX, fundaron el moderno movimiento LGTB. Más recientemente, valientes y prudentes individuos y organizaciones como Harry Hay, la Sociedad Mattachine y las hijas de Bilitis en los Estados Unidos, organizaron y lucharon por la justicia social del colectivo LGTB, incluso durante los años represivos de la decada de 1.950 donde se produce la cacería de brujas de homosexuales.
Los hechos.
En 1.969, en la noche del 27 al 28 de junio, se encontraban un grupo de homosexuales y transexuales reunidos en el bar Stonewall Inn, en la calle Christopher Street del Greenwich Village neoyorkino. Era el bar preferido por los gays de Nueva York y New Jersey. Pero la clientela era de lo

mas variopinta, todo un universo underground de la sociedad neoyorkina: desde jóvenes estudiantes hasta caballeros conservadores de traje y corbata, pasando por chicos radicales. En definitiva homosexuales, transexuales, lesbianas y bisexuales que iban a buscar personas como ellos y, de esta manera, escapar temporalmente de la desgastadora opresión diaria por ser diferentes de una sociedad brutal e intolerante.
El día anterior había tenido lugar el funeral de la gran diva gay Judy Garland, actriz símbolo de la supervivencia ante la incomprensión y la represión para los homosexuales.
Entonces ya existían grupos organizados que empezaban a luchar en los Estados Unidos por los derechos de las minorías, por la defensa de los derechos civiles, movimientos feministas y la liberación sexual de los años sesenta. Este sería, y no por pura casualidad, el caldo de cultivo de lo que sucedería esa noche, el conocimiento por parte de la comunidad de que otra actitud era posible pero había que tomar una posición activa para lograrlo.
En el Stonewall Inn se produce una redada policial, formadas por por agentes de policía y agentes de control de bebidas alcohólicas, nada paradójico en la época pues formaba parte del día a día de los gays sometidos su sistemático acoso.
Imágenes del Stonewall Inn.
La policía solía colarse asiduamente en los bares de ambiente tratando de convencer a alguien para mantener relaciones sexuales. De esta forma podían intervenir siendo su objetivo principal el acabar con los lugares de reunión de gays, lesbianas, transexuales y travestis. El local era propiedad de la Mafia y pagaban asiduamente sobornos a la policía corrupta para que no intervinieran en el, pago que, al parecer, no se había producido en esta ocasión. Normalmente no se oponía resistencia y los homosexuales eran detenidos, pasaban por comisaría, se les sometía a vejaciones, escarnio y otros menesteres pero terminaban siendo puestos en libertad si no habían cometido otros delitos. En definitiva, se les mantenía a raya. Comenzaron insultando y agrediendo a la clientela y, después de comprobar identidades, se desalojó el local y fueron detenidos dos camareros, un hispano, una lesbiana y varios travestis. El luto por la diva y el hartazgo de los miembros de la incipiente comunidad dio lugar a la rebelión. A la salida de los detenidos el resto de la clientela esperaba en la calle. El heteruzo hispano portoriqueño empezó a gritar “¿Por qué consentís esto? ¡No dejéis que se salgan con la suya!”, la lesbiana se resiste y lucha y la policía tiene que retroceder ante la actitud de la muchedumbre volviendo al interior del local que empieza a arrojar piedras, latas de bebida, botellas y todo lo que encontraba, un tono entre burlón y de propuesta, de ira. Los gays enfurecidos arrancan un parquímetro y bloquean la entrada al local, quedando la policía dentro y destrozándolo. La policía no salía de su asombro y prenden fuego al local que empieza a arder. Las fuerzas de seguridad piden refuerzos no consiguiendo disolver a la multitud hasta las tres y media de la madrugada. La Revolución Gay había comenzado.
Al día siguiente aparecen graffitis que exigían poder para los gays y la legalización de los bares en las paredes y la policía volvió a tener dificultades para evitar que las multitudes se congregaran en el lugar de los hechos. Fueron varios los días durante los cuales se prolongaron los disturbios. El poder gay (The Gay Power) comenzaba a florecer. En los días posteriores a la revuelta hubo un encendido debate en la comunidad gay de cómo responder a estos sucesos. No todos consideraron que había que decir basta ya. La opinión de continuar con los disturbios y las protestas en marcha activa no era minoritaria, mientras otros preferían terminar con los actos violentos y las manifestaciones públicas. Estos por miedo a que la policía intensificara el control, las redadas, el hostigamiento y las detenciones en los bares.
Es evidente que había un punto de inflexión en que los jóvenes, mayoritariamente, se encontraban entre los centenares de personas que se manifestaron en los días siguientes, pero con conciencia de Orgullo y de no tener porqué esconderse. La calle reunía a grupos de gays enfervorizados por la nueva situación, besándose, cogidos de la mano, expresando su condición públicamente como tales, en una manifestación de Orgullo Gay como nunca antes se había visto.
Tras los hechos.
Se inician los contactos que dan lugar a la articulación de cinco Frentes de Liberación Gay en Estados Unidos (Nueva York, Los Angles, San José, San Francisco y Bekeley) en 1.970. A finales de los 70 ya eran más de 300 frentes los creados. La oleada se extiende a Europa rápidamente.
La primera conmemoración de la rebelión del Stonewall se produce en Nueva York en 1.969 y marcha al año siguiente en esta misma ciudad y en Los Angles. Desde entonces, a finales de junio de cada año, se celebra en Nueva York el Desfile de Orgullo Gay y, por ende, en las principales capitales del mundo. El Orgullo de ser como somos.
El 12 de Octubre de 1985, se celebra la conferencia anual de la Asociación Internacional de los coordinadores del orgullo gay, Morris Knight, un miembro de la delegación de Los Ángeles, Christopher street west, propuso que el aniversario vigésimo quinto de la rebelión de Stonewall fuera observado con la primera celebración Internacional del orgullo Homosexual. Desde entonces, esta propuesta de metamorfosis del “Stonewall 25” en el Día Internacional del Orgullo se encontró con una entusiasta respuesta en las conferencias de la coordinación del Orgullo en Vancouver, Minneapolis y Boston, y en las conferencias de la ILGA (Asociación Internacional de Lesbianas y Gays) en Estocolmo y en París, donde los delegados discutieron y formularon el nombre y las demandas de la marcha internacional.
La histórica revolución de Stonewall fue inmortalizada en 1989 en Manhattan por el escultor George Segal, una escultura de bronce que se denominó "La Liberación Gay", que representa a una pareja de gays y otra de lesbianas a tamaño natural, ubicada en la concurrida Plaza Christopher, en el mismo centro de Village, corazón del mundo gay neoyorquino.

Recorte de prensa al día siguiente.
En la prensa de la época tuvo poca repercusión con pequeños artículos en el New York Times y el New York Pos describiendo el tumulto como un “motín” que envolvió a varios cientos de jóvenes tirando ladrillos, basura, centavos, un parquímetro arrancado a la policía después de una redada de rutina en el Stonewall Inn en el barrio Greenwich Village, en el centro de Maniatan.
En New York Daily News tituló su artículo “Redada en el Nido Homo-Abajas Reinas en Ira de Picaduras”.
Hoy dia.
Hoy día la situación es claramente mejor pero no deja de haber ataques auspiciada por la HOMOFOBIA.
Aún existen abusos y conductas indebidas de la policía contra lesbianas, gays, bisexuales y personas y transgénero en Estados Unidos, un nuevo informe de Amnistía Internacional (AI) que documenta abusos policiales que incluyen incidentes que alcanzan el nivel de tortura y malos tratos. USA’s police brutality reportAI ha hallado que tales violaciones tienen lugar dentro del contexto de homofobia y transfobia, pero también están motivadas por otras formas de discriminación basadas en la raza, edad, etnia y nivel económico, así como en ideas estereotipadas y rígidas acerca del género –factores todos ellos que tienen profundo impacto también en el acceso de las víctimas a la justicia. Amnistía Internacional sugiere con firmeza que las personas transgénero, de color, jóvenes, trabajadoras del sexo e inmigrantes dentro de la comunidad LGBT sufren un riesgo elevado de abuso policial y conducta indebida por parte de la policía.
La investigación de AI ha revelado que los agentes de la ley clasifican a las personas LGBT, en particular a las personas transgénero y LGBT de color, como delincuentes en varios contextos diferentes, y aplican selectivamente las leyes relativas a “regulaciones morales”, bares y reuniones sociales, manifestaciones y “calidad de vida”. Las conclusiones de AI indican que la raza continúa siendo un factor que motiva las presunciones de criminalidad y que el racismo forma parte del trato homofóbico y transfóbico de las personas LGBT de color por la policía. El trato de las personas LGBT de color por los agentes de la ley refleja el racismo sistemático hallado en las labores policiales en EEUU en general y es consistente con documentación previa de AI.
Las informaciones de AI indican que las personas LGBT a menudo no denuncian los delitos contra ellas, en especial crímenes de odio y violencia doméstica, porque son reacias a revelar su orientación sexual o identidad de género a los agentes. La reactividad a contactar con la policía es particularmente pronunciada entre las mujeres transgénero.
Tras los pasos de Stonewall confirma que en los EEUU, las personas LGBT continúan siendo objetivo de abusos en sus derechos humanos por parte de la policía basados en su orientación sexual o identidad de género real o percibida. El abuso policial y la conducta indebida es parte de una amplio espectro de violencia contra las personas LGBT que incluye la violencia en la comunidad y en la familia. Estos abusos están relacionados con problemas continuados de discriminación y deben abordarse dentro del contexto más amplio de la necesidad de reconocimiento y protección de los derechos humanos al completo de las personas LGBT, que incluyen los derechos económicos, sociales yculturales. Por ejemplo, los estudios muestran que cerca del 70 por ciento de las personas transexuales en algunas ciudades de EEUU carecen de empleo o están infraempleadas y que una proporción significativa de la comunidad transgénero carece de hogar, especialmente las personas transgénero de color e inmigrantes. Enfrentadas a la vida en la calle, muchas personas transgénero sufren un elevado riesgo como objetivo de abusos de derechos humanos. Como muchos otros países, los EEUU tienen una larga historia tanto de criminalización de la conducta homosexual como de fracaso a la hora de proteger a las personas LGBT de la discriminación. Es un legado que, finalmente, nos explica no sólo lo lejos que hemos llegado, sino también lo lejos que tenemos que llegar. En Tras los pasos de Stonewall Amnistía Internacional resalta una cuestión crítica y a menudo invisible de los derechos humanos y proporciona recomendaciones concretas para poner fin a un problema persistente con el que se enfrentan las personas LGBT en EEUU.

Edificios de Manhatan en Nueva York iluminados
conmemorativamente el 28 de junio.
Otros datos:
Teatro.
Doric Wilson “Street Theater”
Cine.
Nigel Finch “Stonewall”
Victor Fleming “El Mago de OZ”
Música.
Harold Arlen y “Yip” Harburg “Over The Rainbow”
Nota: Se tiene como referente a Estados Unidos de América por ser la pionera y referente mundial de los derechos LGBT.
Bibliografía:
- Alberto Mira “Para Entendernos”
- Preston Wood “La rebelión Stonewall de 1969 y las lecciones de hoy”.
- Thomas, Sherry and Eric Marcus. Out in all directions: The Almanac of Gay and Lesbian America.
- “The Stonewall riots- 1969” Socialism Today: The monthly journal of the Socialist Party.
- Informe de Amnistia Internacional. Tras los pasos de Stonewall: Abusos y conducta indebida de la policía contra (LGBT) lesbianas, gays, bisexuales y personas transgénero en Estados Unidos.